A veces queremos aprender a cocinar o disfrutar nuevamente de un delicioso plato; quizás quieres mejorar tus hábitos alimenticios sin la orientación adecuada para mejorar y avanzar, o simplemente tienes la necesidad de alguien que cocine de forma profesional para los invitados de tu evento.
Lo primero que puedes lograr a través de un chef privado es diseñar los menús y hasta todas tus ingestas, con un plan a la medida, inclusive que se vaya adaptando a los cambios y recomendaciones de expertos.
Un chef privado puede encargarse de la compra, planificación de las comidas, cocinar a partir de tus gustos e intolerancias.
Existen diferencias entre las funciones de un chef de cocina profesional y un chef privado. Mientras que los chefs privados son empleados por una familia o individuos, un chef profesional atiende a múltiples clientes.
Este servicio que se había limitado a ricos y famosos, se hace cada vez más común en hogares que tienen la necesidad de atender la preparación de sus alimentos. El servicio se puede prestar a tiempo parcial, a tiempo completo o temporalmente para individuos y familias. Una nueva tendencia en el trabajo de chef privado es contratar solo unas pocas veces al mes para preparar una variedad de comidas congeladas y listas para recalentar.
Los chefs privados respetan como nadie las normas alimentarias y de higiene, asegurándose de dejar la cocina de su cliente limpia y desinfectada. El chef privado puede inclusive dejar el plato listo para terminar de ser preparado correctamente, o recalentado, si los comensales requieren de más intimidad o despachar la presencia del servicio.
Como cualquier profesión, se recomienda captar profesionales formados, con licencia para procesar alimentos y/o registrados en algún gremio.