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DICCIONARIO DE EVENTOS

Calidad/ Atención/ Especial

Chardonnay (Vino)

No destaca por un comportamiento aromático especialmente caracterizado por sus matices frutales o por sus notas florales, se trata de una de las variedades blancas a las que mejor les sientan los procesos de crianza y de maduración en barricas de roble, por lo que se usa ampliamente para producir vinos blancos de excepcional calidad, tanto tranquilos como espumosos, en muchas regiones vinícolas de todo el mundo. Una uva muy versátil que deja entrever en los vinos que se producen con ella, la personalidad de la tierra y del clima que las ha acompañado durante su crecimiento y formación y, también, el buen hacer de los bodegueros durante la elaboración del vino. Se la reconoce como la “reina de las uvas blancas”, es una de las variedades de uva más plantada alrededor del mundo y de entre las variedades blancas, es la más reconocida por sus vinos a nivel mundial. Su adaptabilidad a diferentes climas, su versatilidad para elaborar diferentes estilos de vinos y su capacidad de expresar su origen en la copa propició su expansión e interés alrededor del mundo. Como la uva Chardonnay es apta para hacer vinos con crianza también es común encontrar notas de aromas secundarios provenientes de la fermentación alcohólica, malo láctica y el contacto con lías como son los aromas a panadería, lácticos y el plátano.

Los vinos de Chardonnay más jóvenes destacan por tener un color amarillo pálido con tonos verdes, los vinos destinados a una crianza van perdiendo esta coloración hacia tonos dorado intenso. Los vinos elaborados a base de uva Chardonnay no se destacan tanto por un marcado matiz aromático concreto, más allá de un cierto carácter frutal, sino por otra serie de características organolépticas. Se trata de una variedad muy versátil desde el punto de vista enológico, pudiendo llegar a ser muy maleable, sobre todo, en combinación con otras variedades de uva para dar lugar a grandes vinos de coupage. Aunque no menos habitual es encontrarse con excepcionales vinos monovarietales de Chardonnay, como veremos un poco más adelante. 

En cualquier caso y de manera general, para hacernos una breve idea de las posibilidades enológicas de la Chardonnay, podemos señalar una serie de características organolépticas que podemos entender como propias de los vinos elaborados con esta uva:

-A la vista, los vinos de Chardonnay se expresan en toda la gama de los amarillos, desde los más pálidos, hasta los dorados, pasando por todo un abanico de tonos pajizos. En ocasiones, muestran también ciertos reflejos verdosos. Los monovarietales de esta uva destacan por su claridad y su brillo. 

-En la nariz, los vinos Chardonnay muestran habitualmente un cierto carácter cítrico y levemente frutal. Nos recuerda también al frescor de los melocotones, de los albaricoques, de las cerezas, las ciruelas y otras frutas de hueso. También podemos apreciar con frecuencia en muchos vinos Chardonnay matices de aroma a manzana. Entre los aromas secundarios de estos vinos, destacan aquellos derivados de los procesos de crianza sobre lías y de la fermentación maloláctica tan común en estos vinos: aromas de lácteos, de yogur y mantequilla, de pan recién hecho y de bollería, notas tostadas, etc. 

-En boca, los blancos de Chardonnay nos recuerdan de nuevo a ciertas frutas frescas, tropicales y de hueso, como la manzana, el melón, la piña, el mango, los melocotones o los albaricoques. Cuando se producen vinos de crianza a partir de la Chardonnay, estos se benefician del paso por barrica, lo que favorece la concentración de los sabores y les aporta un punto extra de cuerpo. En general, son vinos dulzones, de acidez moderada y cierto punto de untuosidad, con un grado alcohólico moderado.

Chardonnay (Vino)