Es un evento organizados para examinar la calidad y propiedades el vino. Catar un vino es someterlo a nuestros sentidos, en particular al gusto y al olfato, para determinar su calidad. Aunque, no hay que olvidar que la vista, el tacto e incluso el oído, también intervienen en la cata. Por eso, catar un vino consiste en analizarlo atendiendo tres cuestiones básicas:
1.- Análisis visual: el color, la transparencia, brillo, intensidad, matices del pigmento y formación de burbujas.
2.- Análisis de los aromas: frutales, florales, herbáceos, tostados y especiados, valorando su limpieza, complejidad e intensidad.
3.- Análisis de las sensaciones en boca: acidez, impresiones dulces, astringencia dada por los taninos, materia y cuerpo, equilibrio, persistencia de los aromas, etc.