En España existe una gran cultura del vino arraigada a lo largo de siglos de historia. Es por eso que también cuenta con muchas bodegas que visitar por todo el país. Organizar la visita a una buena bodega española significa beber del mejor vino del mundo.
La industria del vino es uno de los principales motores del sector agrícola. Su clasificación es diversa y cuenta con una legislación que la protege. Parte de la amplia denominación de origen permite que exista un significativo enoturismo,
Para promover y dar a conocer la riqueza del vino hay que disfrutar de la gran calidad y características que cada región aporta a la uva. Cada vez son más las personas que eligen saber más del vino a través de una visita organizada a cualquiera de las cientos de bodegas que existen en España.
Durante la experiencia del viaje hacia el vino, debemos comunicar de dónde viene, cuándo y cómo disfrutarlo y dónde ir para disfrutarlo. España tiene una cultura de promoción del producto de dos mil años.
Las bodegas suelen vincularse con agentes turísticos del mismo territorio. De manera que el engranaje entre alojamientos, restaurantes y centros de actividades culturales, queda de alguna forma preestablecido, pero adaptable a satisfacer al cliente.
Estas intensas jornadas para amantes del vino, empiezan por conocer el proceso que transcurre de la vid hasta la copa. El paisaje vitivinícola, nos ayuda a comprender las diferencias entre las distintas variedades de uva.
El paseo es una experiencia que fomenta lazos, es ideal para un par de días de desconexión y autoconocimiento. Este recorrido se puede hacer a pie, pero una alternativa es hacerlo a caballo, en bicicleta, y se puede apreciar la amplitud de las hectáreas desde un globo aerostático.
Visitar los viñedos es disfrutar de un momento con la naturaleza, y conocer más sobre una de las bebidas más apreciadas del mundo. Durante la visita a una bodega el enólogo cuidará y guiará el contenido deseado por el cliente.
El reconocimiento mundial hacia el vino español se mantiene en términos cualitativos y de comercio exterior. Este año la Guía Peñín, reconoció a dos vinos españoles con la máxima calificación. Los dos vinos que se han ganado este reconocimiento tienen una gran historia y un gran recorrido, algo que solo las tradiciones familiares pueden ofrecer.
La calidad de los vinos es lo que siempre buscaremos. Los paladares más sabios a cargo de una mesa llena de gente, son la mejor prueba para reconocer la experiencia del vino en la vida.
Otros aspectos y detalles técnicos de la vista a una buena bodega toma en cuenta cocinas adaptadas a las necesidades dietéticas de los visitantes.
Si acompañamos la cata del vino con quesos y jamones o tapas, la experiencia pasa a otro nivel. Se convierte en el preámbulo de una cena donde el maridaje y lo aprendido durante el día se pone en práctica.
Mientras más numeroso sea el grupo más variada debe ser la oferta de transporte interno. Desde recoger, "pisar la uva" hasta incluso formar parte de la creatividad de una marca de vinos, las actividades en las bodegas son múltiples.