La presencialidad, con sus viajes y eventos ha regresado con vitalidad. También es un síntoma de la voluntad del público de retomar sus rutinas. España fue un destino golpeado y al mismo tiempo preparado para regresar con seguridad. El regreso de los eventos corporativos es inminente.
También ha quedado en evidencia que la bioseguridad seguirá siendo uno de los conductores normativos para las reuniones a gran escala. Esto hace cada vez más responsable a la organización por el bienestar integral de los asistentes. La seguridad de los eventos y reuniones, es compleja pero efectiva y debe ser tratada por profesionales.
Durante todo este tiempo el Instituto para la Calidad Turística ha sumado un protocolo resultante de las recomendaciones en todo el territorio, en donde también se contemplan las normas establecidas por las comunidades autónomas y lo que cada proveedor según la naturaleza de su producto. Recomendamos buscar la versión más actualizada de estos reglamentos que están en cambio permanente.
Mantener la distancia social, la ventilación del espacio, controlar el aforo máximo y mantener la desinfección continua son parte de las acciones recomendadas.
De acuerdo a la naturaleza del evento y las características del espacio nos adaptamos con prioridad en el uso de espacios al aire libre y ventilando, tomando en cuenta la desinfección.
Calcular el tamaño de la locación, la cantidad de personas y los diferentes ambientes se hace muy necesario. La comisaría del evento será garante de la correcta organización, y trabajar en equipo es clave para el éxito, mientras todos estén en sinergía con la normativa mantendremos armonía.Recuerda que existen también planes de emergencia y que también son actualizados.
La claridad a la hora de difundir la información también es fundamento. La capacidad de la locación se ha convertido al mismo tiempo en un factor inflexible. La elección del lugar consciente de las necesidad del cliente y la normativa creerá el menos número de problemas.
Entre las normas vigentes se encuentra la distancia de seguridad (1,5 metros). La difusión apropiada de las normas es parte de la tarea de mantener informados a los participantes.
La restricción se aligera conforme la acción se relaciona directamente con el cliente, en cambio el prestador o empleado, deberá seguir una normativa relacionada con la seguridad de los asistentes. También podemos ocupar diez asientos en cada mesa con el distanciamiento establecido (1,5 metros).
La señalización sigue siendo importante para orientar a la audiencia en su relación con los prestadores del servicio. La ubicación del buffet, por ejemplo, o la distancia entre las personas, evitar el uso de autoservicio puede ayudar a que el evento se desarrolle sin problemas.
Facilitar el uso de mascarillas, guantes o desinfectantes, de algunos artículos imprescindibles mejora la experiencia.Las capacidades cambian según la estadística. La ventilación adecuada pasa por tener puertas y ventanas abiertas. En áreas de coctelería el distanciamiento debe doblarse (3 metros).
El monitoreo de las filas o colas, permite conocer con antelación el flujo. Fomentar la responsabilidad personal es distintivo, esto puede lograrse a través de los carteles; su lectura simple y clara y ubicación masiva es el deber ser.
Es cuestión de conocer las normativas y actualizarlas. Revisar su vigencia y adaptarse es parte del reto, un ejercicio de creatividad, que pone a prueba la inteligencia de las organizaciones, y es tarea integrar clientes, participantes y proveedores a la corresponsabilidad.
Los equipos especializados supervisan regularmente el desarrollo de las actividades, el riesgo se reduce a casi cero.